Nunca hubo tanta pasión por un plan institucional, pensado, para reactivar una parte económica de una región: el Turismo de la Comarca del Bajo Aragón, España.
Todo el mundo sabe lo que está en juego, la oportunidad de hacer algo grande con el apoyo, claro, del Gobierno de Aragón, reactivar la zona con un creciente potencial en Turismo, desde que se instaló el Gran Premio de motociclismo Motorland, desde que la comarca del Bajo Aragón se ha puesto en el mapa a nivel internacional.
Se trata de poner en valor aquello que por visto pierde interés para nosotros, pero no para quién visita por primera vez esta tierra. Se trata de hacer las cosas bien, con ganas, con gusto, con calidad.
Las particularidades del Bajo Aragón representado acaso por el bullicio de los tambores, la «Fe del Tambor», las casas rurales de un sinfín de variopintos pueblos con sus propios paisajes y sus propias historias locales, pueblos diminutos con poquísima población, por lo que la tradición y el silencio se dan la mano.
Se presentó el nuevo plan turístico en voz de Elena Allué, la cara más visible y activa del turismo aragonés en las máximas instituciones. El entusiasmo era palpable. La gente mayoritaria. Y el futuro, prometedor.