Regresaba desde Bespén a Zaragoza, y tuvimos que parar en la carretera para fotografiar al Prepirineo de Huesca, nevado. Dicen los viejos de Aragón que antes la nieve era abundante. Hoy dicen que casi no aparece. Y ver la nieve, aunque sea desde lejos, es un espectáculo.
Regresaba de Bespén, un pueblo diminuto de apenas 40 habitantes, pero con un vino Somontano de altísima calidad. Baste decir, que cualquiera no entra en el mercado de Estados Unidos y se codea con lo más selecto en Nueva York. A que suena raro: «De Bespén a Nueva York».
Pues en colaboración con un artista, estamos en negociaciones para desarrollar vídeos plásticos. La idea es súper interesante y cuando tengamos prueba de ello, veremos el resultado.
Mientras tanto, miro al Prepirineo nevado, imaginando estar allí.