Canfranc Estación, desde 1928, pero nadie sabe hasta cuando! ¿Por qué? Bueno, pues sucesivos gobiernos han hecho muy poco por salvar una joya de la arquitectura del siglo pasado.
Eso sin contar, lo útil y mágico que sería viajar a Francia desde Zaragoza, atravesando el Pirineo, como antaño.
La primera vez que estuve en Canfranc también era Otoño y el paisaje era impresionante. Como ahora, la estación a los pies del Pirineo, los cadáveres de vagones extintos, los pinos que crecen entre raíles, la maleza como pasajera de asientos fantasmas.
Sin embargo, parece que algo se mueve. Esta vez he visto menos vagones viejos. Quién sabe que habrá pasado con ellos, o cuál habrá sido su última tumba.
Si mi voto contase para algo, preferiría mantener los coches en su sitio actual, como plató de cine y aventuras varias, como estudio natural de fotografía, como atril de historias por contar.