Tengo una hija. Hoy casi 14 años. Todos no somos iguales porque tenemos unas aptitudes mejores frente a otras. Ella sé no es la mejor de la clase, pero sí la mejor en Atletismo, dónde ya se codea con los mejores de Aragón. Y durante su evolución en la escuela, ya desde sus primeros años, siempre me he quejado de cómo se enseña en las aulas de España.
Cuando nosotros como padres le ayudamos en sus deberes en casa, ahí me doy cuenta el nivel de preparación, o de comprensión que van adquiriendo.
Repito, seguramente otros niños sean unos ases, pero está claro que hay un problema cuando la propia educación está organizada para excluir, ya que precisamente no todos aprendemos lo mismo, ni por igual.
Y la Educación española se basa en principios de memorización de hace siglos, no en principios de comprensión y entendimiento de lo que se enseña, como si todo fuese mecánico, ideas automáticas, que, niña: ¿no te preguntes por qué?
Lean el último post de Enrique Dans sobre la educación, cosa que me ha motivado a escribir este post, digamos, un poco más personal de lo normal. Y claro, para llamar la atención sobre un problema que no prepara a la sociedad española para el futuro.
En estos días, estoy impartiendo cursos de fotografía por los pueblos de Aragón para que los pequeños negocios puedan mostrar mejor sus productos en las redes sociales.
Sin temor a equivocarme, diría que el 80% se enfrenta a Instagram por primera vez, o por primera vez en serio.
Hoy, años después del nacimiento de esta red social. Todavía nadie me ha dicho que no conociera a la red, pero que aún así sus cálculos creyó que no era necesario. Y de hecho, es posible que no sea necesario para todos, ni siquiera que para tener éxito sea necesario. Pero hay un problema.
Que el 80% de los pequeños negocios de Aragón no usen adecuadamente Internet (no digo fotografía) significa que la educación básica de esos niños que hoy son jóvenes y mayores, no ha sido educado en el conocimiento, el deseo de saber, de experimentar, de encontrar soluciones, buscar la manera de hacerlo mejor, investigar. No. La educación española no ha enseñado, ni enseña nada de eso.
El resultado es una economía caduca, a la deriva de los inventos que inventan otros en el mundo.
Un país envejecido y sin alegría, un país sin más perspectiva que tomar apuntes en las aulas, e ir a casa, y nadar en un mar de deberes para niños. Imaginen, o no imagen, porque es lo que sucede.
Tu hijo se pasa en fin de semana sumergido en las redes sociales, viendo vídeos, intreractuando con sus amigos, online. La diversión está garantizada. Su cerebro ebulle de todas las señales emotivas del fin de semana, los colores, los sonidos, el diseño, la publicidad (querramos o no, la ven y está en todos lados), llega el lunes, y de alguna manera la escuela, el aula, el profesor, le dicen: ¡Apágate!
Un aula envejecida, poca luz, etc. La he visto. Me he preocupado de echar un vistazo a cómo estudia mi hija.
La educación española debe mejorar, y casi es un grito de socorro.
También ocurre que los medios de comunicación, o la tele, no contribuye a una mejor educación de la gente. No digo que sustituya a la escuela, faltaría más, sino que apoye a la cultura, a la inteligencia y a la experimentación. Y el estado debería tomar medidas contra programas que se recrean en las miserias humanas y la incultura. ¿Cómo puede ser entretenimiento ver a dos idiotas que dicen idioteces? Es como ir al zoológico y reírme del mono enjaulado que hace monerías. Hablo sin dudas del programa de 4 sobre el amor, o el otro «Cámbiame», o «Quién se casa con mi hijo», o «Granjero busca esposa». Sólo esos nombres son una ofensa a la condición humana.
Mi pareja es psicóloga, y todas las noches ve el programa del amor porque le causa interés el nivel de idiotez desde el punto de vista clínico y profesional, como si leyera libros de psicología de un plumazo. Yo me subo por las paredes. Pero esto enseña algo.
¿Hasta qué punto este tipo de programa es un reflejo de la cultura e inteligencia de un país?
No lo sé, pero pasar, pasan muchísima juventud que deberían volver a la escuela a pesar de las deficiencias que veo.
Repito, el Estado español debería tomar medidas contra este tipo de programas que vanalizan la condición humana y hace dinero de los defectos y la incultura de las personas, así como manda a la cárcel a tuiteros que tuitean tuits, que no gustan, ofenden, o criminalizan.
Tengo un amigo que es fanático a las teorías conspiratorias. Ya le veo diciendo que todo está pensado, la escuela, el sistema educativo, la televisión, para tenernos controlados.