Dame un Vídeo y te diré quién eres

Avatar Redacción | marzo 13, 2018


Si tu empresa aún no ha realizado ningún vídeo para Internet, es probable que llegues tarde. La «atención» es como un pastel, y tu trozo se lo llevará otro.

Cada vez será más difícil destacar en Internet con un vídeo. En esta carrera loca por la atención del cliente, un único vídeo para decir algo será completamente insuficiente. La estrategia simplificada de muchas empresas de «no inversión», o sólo un vídeo corporativo en mi web, y ya está, será más que irrelevante para llamar la atención.

Ya lo sabes, la atención es un bien escaso en Internet.

Las cifras de contenidos en vídeo son mareantes, la gente no tiempo o no quiere perder el tiempo en cosas que no le motivan, ni enseñan, ni entretienen. Sobretodo cuando una y otra vez tenemos acceso a un óceano de contenidos en nuestras pantallas. Sí, la pantalla del móvil, la tablet, el Pc, y la pantalla de la Tv conectada a Internet, programas a la carta dónde el cliente escoge qué quiere ver. Es evidente que el futuro traerá más pantallas.

Es cuestión de tiempo ver espejos como pantallas, hologramas, proyecciones de imagen sobre cualquier soporte. Llamo a esto «la pantalla ubicua».

Si hay más pantallas, necesariamente habrá más espacios para rellenar con vídeos. No es para alarmarse pero es obvio que si tu empresa no rellena ese espacio, ese tiempo disponible en la vida del cliente, otra empresa lo llenará. En este otro post hablo sobre la vida de un cliente en tiempo disponible para publicidad.

Bien. Una vez que decides que vas a publicar vídeos, la cosa se complica con la calidad y la factura técnica de ese vídeo.

La oferta disponible en vídeos es espectacular. Como el vídeo no esté bien realizado, motive, entretega, forme, divierta, asombre, emocione… en 5 segundos se va para otro vídeo. Esto hace que recuerde la misma situación que se produjo cuando explotó el concepto Blog. Capturar la atención del cliente valía elaborar un post perfecto.

Siempre se trata de los mismo: «La calidad y utilidad del Contenido».


El siguiente problema será el cliente.

Como digo existe un océano gigante de contenidos en Internet. Eso significa que de alguna manera el cliente siempre podrá escoger lo que quiera ver. Y también significa que cada cliente tendrá un estado de reacción diferente a los estímulos publicitarios, según en el momento de su vida que sea impactado.

Google comenta este ejemplo (fuente: google news):

Supongamos que tienes una empresa de refrescos y quieres promocionar una nueva bebida para deportistas. Si orientas tus anuncios a un segmento de audiencia amplio formado por usuarios de 18 a 49 años, verás que el interés por tu producto es disperso. En cambio, si los orientas a personas que suelen ir al gimnasio y hacen ejercicio físico o descargan aplicaciones de fitness en sus teléfonos, será mucho más probable que captes toda su atención y la conviertas en acción.

Si tomamos el ejemplo anterior y lo llevamos a la cocina, imagina la siguiente escena:

La familia está en casa. El padre cocina. Mientras cocina, los electrodomésticos conectados a internet, por estudios de datos anteriores, seguimiento online de clientes, etc, puede saber

1* Que está cocinando

2* Qué está cocinando,

y por eso en espacios publicitarios podrían aparecer vídeos que muestren cómo cocinar un plato, cómo cortar cebollas sin llorar, etc.

Estos vídeos en principio no vende nada, sólo muestran a veces la marca del cuchillo que corta, la marca de la cebolla, etc.

Al final, cocinar habría sido más entretenido, y además con aprendizaje incluido. Y dado el momento, el cliente podría comparar esas cebollas o ese cuchillo, a las marcas que le proporcionaron una experiencia placentera.

Resumen. Dame un vídeo y te diré quién eres.

¿Te gusta? Share please: