Aragón en calma, primeras fotos de la Sony A7 III

Avatar Redacción | marzo 29, 2019


Después de años con mi cámara Canon 5D Mark II y ver desfilar a un ejército de cámaras de innumerables fabricantes y con insondables prestaciones, formatos, y características, finalmente, en diciembre del 2018 compré mi nueva cámara Sony A7 III. 3 meses después puedo decir que tengo a un nuevo amor.

La Canon 5D Mark II es, y siempre será, la cámara que provocó un tsunami en la producción de fotografía de altísima calidad usada por los más grandes profesionales, la cámara que confirmó que el vídeo puede ser más libre y ubicuo, empleada en escenas de grandes películas de Hollywood como Terminator IV, y la que, en definitiva, fue adoptada en masa por la mayoría de los productores de contenidos en internet.

Aragón, río Ebro a su paso por Gelsa. Photo by ACabrera.

Aragón, río Ebro a su paso por Gelsa. Photo by ACabrera.

Se han escrito ríos de tinta en infinitos reportajes sobre la cámara 5D, libros, Internet, y grandísimos profesionales como Philips Bloom publicaron sus impresiones sobre esta cámara, grandes cineastas de todos los tiempos.

Luego se empezó a mover el mercado de una manera riquísima dejando por el camino un sinfín de cámaras, software, lentes, y accesorios, como si fuese posible comprarlo todo, probarlo, usarlo, y producir esos contenidos que asombren. Pero no. Imposible. La velocidad de producción de cámaras y los precios, no precisamente económicos, llaman a la cautela. Habría que leer mucho, seguir a mucha gente en Youtube, ver un millón de vídeos para asegurarse una nueva cámara que comprar según tu modo de trabajo, tu sentido estético de la fotografía y vídeo.

Por el camino, años después, pude comprar la Sony FS5 para producir vídeos con calidad profesional para Cine y Documental, y no pude haber seleccionado mejor, según mi presupuesto y una estimación de trabajos posibles.

Aragón, salida de Zaragoza, a su paso por Fuente de Ebro. Photo by ACabrera.

Aragón, salida de Zaragoza, a su paso por Fuente de Ebro. Photo by ACabrera.

Siempre habrán cámaras mejores que otras, con unas prestaciones mejores que otras, el truco está en seleccionar aquella que te puedas permitir y responda a tu flujo de trabajo. Blackmagic tiene cámaras muy buenas y a un precio económico, pero en general para Mac. Cuando trabajo el 100% en Windows no era viable pasar a Mac por precio y tiempo de aprendizaje de todo un nuevo sistema y flujo de trabajo en la organización, catalogación, y producción de vídeos.

Ya sobre Sony, entendiendo sus menús de cámara y prestaciones, y con mejoras cada año más que evidentes, llegó el momento de modernizar mi flujo de fotografía dejando a un lado a mi vieja Canon. Así que finalmente compre la Sony A7 III, después de estudiarla a fondo a través de videotutoriales, vídeos unboxing, primeras pruebas, vídeos de comparaciones entre unas cámaras y otras, etc. Si me sigues, aquí verás lo importante de producir vídeos y contenidos sobre un producto que al final puedan decantar la balanza hacia el lado que quieras.

Aragón, salida de Zaragoza, a su paso por Fuente de Ebro. Photo by ACabrera.

Aragón, salida de Zaragoza, a su paso por Fuente de Ebro. Photo by ACabrera.

Había leído muchos artículos sobre la Sony, pero nada mejor que tenerla en la mano. Y es impresionante. Uno de sus puntos fuertes es la capacidad de enfoque bajo casi cualquier condición, y a una velocidad rapidísima. Otro punto fuerte, su estabilización según dice Sony de 5 ejes, de manera interna, que ya eso es un poco friki. Meter tanta tecnología en un cuerpo ligero, liviano, y pequeño, es asombroso.

Una de las fotos que ilustran este post las tomé en un coche en movimiento a través del parabrisa al pasar por el pueblo de Gelsa, luego de pasar por Quinto, junto al río Ebro, en Aragón, naturalmente. Tenía que impartir una charla sobre fotografía dentro de un evento cultural llamado “La Cámara de Escribir” de la Comarca del Bajo Ebro a la que pertenece el pueblo de Alborge.

Las fotos no tienen ningún tratamiento post. El nivel de detalle es increíble. Y si piensas que fueron tomadas en movimiento, en unas carreteras que precisamente no son perfectas, imagina.

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