Cuando uno piensa en Lego la verdad que lo primero que viene a la cabeza son las icónicas figuritas del juego para armar y ensamblar edificios inventados. También vienen los hombrecitos Lego en sus inumerables profesiones. Pero lo que pocos saben es que existe toda una legión de entusiastas Lego que no solo ensamblan sino que programan robots.
El juego -por decir algo- consiste en realizar unas tareas ya preestablecidas por la organización de Lego internacional, como un entrenamiento, hasta que llega el día de la competición y todos los equipos que participan hacen mover sus robots de la manera más precisa.
Por ejemplo, una de las acciones de este año (según los niveles) era que un robot metiese un gol en una portería. Otro tenía que recoger cosas, mover otras, etc. ¿Dónde ocurre todo esto? Pues en una mesa de más de dos metros por uno y medio aproximadamente.
La mesa -por supuesto- tiene figuras Lego ensambladas que forman parte de la acción «historia» que el robot debe cumplir.
Si hay algo interesante en este movimiento Lego es la formación incipiente que reciben los niños en materia de programación, una de las profesiones más importante de ahora y del futuro inmediato, la capacidad de programar robots que hagan lo que uno quiera.
Por si fuera poco, los entrenamientos son largos, repetitivos, así que aprenden a concentrarse, trabajar en equipo, solucionar inconvenientes, etc.
Llevo tres años ya fotografiando este evento porque mi hija participa en un equipo Lego de Zaragoza, y no dejo de sorprenderme.