El Puente de Piedra de Zaragoza
Dicen que Zaragoza es la capital del Ebro, con razón la ciudad más grande de todas a las que el río baña con sus aguas. En la antigüedad el río sufrió inumerables crecidas, y, desde luego, no existían los pantanos de hoy, pantanos que controlan el caudal del agua. En cualquier caso, una ciudad que crece y se expande alrededor de un río como avenida principal necesita puentes.
Hoy, siglo XXI, Zaragoza tiene 13 puentes. Y de ellos el más antiguo es el Puente de Piedra.
El Puente de Piedra comenzó a construirse en 1401 y no fue hasta después de 40 años cuando acabó su construcción.



Algunos números del Puente de Piedra
Tiene 7 arcos que soportan su peso y el de la columna de agua del río, aunque uno de ellos quedó integrado en el Paseo Echegaray en una de las inumerables veces que se ha restaurado.
Las crecidas del Ebro hoy en día son increíbles. Imaginen cómo debió ser en 1643 cuando el Ebro se llevó un par de arcos, los centrales. Entonces Felipe de Busignac reparó el Puente de Piedra y modificó los «espolones» y «tajamares». (aquí es cuando necesitamos ayuda de un arquitecto y nos cuente que significan esas palabras en Arquitectura. Ponte en Contacto) Bueno, pues Felipe reforzó los arcos con torrecillas de estilo medieval, torrecillas como vemos hoy en día que son suficientemente anchas.
Como curiosidad, unos Leones presiden la entrada y salida del Puente de Piedra. Estos leones tienen el sello del escultor Francisco Rallo, desde 1991. Nosotros, los aragoneses, de tanto verlos nos parecen unos simples gaticos, pero fíjense cómo los chinos, que hoy en Zaragoza son multitud, hacen fotos a los leones del Puente de Piedra.